viernes, 29 de abril de 2016

Rabia

¡Qué rabiosa me vuelven las bocinas!
Me acuesto en el piso de la cocina.
Aclaro el panorama,
me trepo por las cortinas,
aspiro el revoque del techo.
Me tomo cinco minutos,
para ningún té.
Posiblemente soporte todo.
Suspiro.
Pero murciélagos
NO. 

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