miércoles, 27 de enero de 2016

Faz

Resulta que no me parezco a lo que soy.
Ando abstraído de mí.
Derivado a las solapas.
Convencido de mis maneras a fuerza de quién aún busca, como el perro rastreador la droga en el ropero. Con las dudas evacuadas en la (¿falsa?) nitidez, siempre.
Puedo ir pisando intercaladamente  las baldosas por la vereda y silbar cual desquiciado la canción preferida por este que está adentro, total,  yo no soy.
Me invito a desacontecer del viaje y del aire, en el viaje y el aire. Me sustituyo, me parafraseo, me versiono.
Y en el transcurso deambulo buscando las reparticiones que voy dejando por ahí, a fin de reciclarme.
No tengo tiempo de ser quien soy, y sin embargo toda una vida para par(a)odiarme. 
Un gusto.

domingo, 17 de enero de 2016

Palitos de la selva

Suena el despertador. Fulana se levanta y empieza a vestirse. Mengano la observa, un poco doliente porque sabe que pronto ella cruzará la puerta para irse.

Erase una hora insolente en tu sien, sondando un punto irreverente preparado para la fuga. Erase el tic-tac más cruel del mundo, un vil transcurrir hacia la nada.

Fulana cepilla su pelo.

Quedate un ratito más. Prometo guardar mi lirismo en una alcancía.

Fulana está agachada buscando sus aritos de perla por el suelo.

Y después vamos a comprar caramelos, de esos que traen adivinanzas.

Fulana guarda algunas pertenencias en su cartera.

Te gustan esos caramelos con esas adivinanzas que siempre son las mismas, y no te gustan mis maneras de expresarte lo que siento, que siempre son diferentes.

Fulana abre la puerta y se voltea para mirarlo, seria.

¿Qué soy excesivamente dulce? ¿Eso me querés decir? Pero yo… ¡yo no produzco caries!


La moraleja queda a cargo del lector

martes, 5 de enero de 2016

Papeles

Cientos de papeles van y vienen en una calesita de palabras desveladas. Trasladando implícitos al bosquejo de trazos de tinta. El sueño tácito se configura en lenguaje, y surge una atmósfera de alteración, donde las expresiones se posibilitan y concilian, pero del otro lado del umbral.
Papeles, la vida transcurre y  ellos la persiguen, la arman y desarman en un collage de decires afónicos, creando en dimensiones subyacentes, complejos laberintos cuya salida es dar con los puntos suspensivos, es que nunca habrá un final.
Las ideas fluyen silenciosas por sus fibras, conteniendo y resguardando la piel de ayer. 
Adentro soy cientos de papeles inconclusos, que a ratos se abollan en mi estómago, se trituran en mis pulmones o se encienden en mi garganta, pero nunca se quedan quietos. Si, ya sé que son inertes. ¿Son inertes?
Se gestan, y a su hora se materializan, a veces algunos no toleran huéspedes y se vuelven cenizas bajo la arduosa mirada ajena, más los sobrevivientes desatan los nudos y se escapan...
Cientos de papeles van y vienen en una calesita de palabras desveladas.