domingo, 26 de mayo de 2013

Construyendo

La tristeza adoptó una matriz que fue sellando en el tiempo figuras de trazos desprolijos e irregulares que mi mente concibió como angustia.
¿Pero qué hay del mundo sin sus ángulos amargos?
¿Y qué hay de nosotros si estamos empeñados en que todo a nuestro paso quede lindo y colorido?
Se acepta y se convive. Con lo que a uno lo desarma, también se arma y se construye. Porque todo se va filtrando por el caudal de los días, y las piezas que no encajan son pulidas por el ingenio.
No me escondo. A veces reniego un poco de todo esto, pero al fin y al cabo me aferro.