domingo, 20 de septiembre de 2015

Tripas corazón

Manipulo un SI, y la obsecuencia trama proyecciones a su antojo, dejando el terreno apto para que el deseo se desplace con vehemencia. Y continúo soñando hasta drenar en decepción la soledad que no irrumpes.
En cambio, hay días en los que manipulo un NO, y ya desintegro la posibilidad de imaginarte, porque comprendo de antemano que no voy a despegar de este suelo, y me dedico apesadumbrada a desvalijar la ilusión, con algunas lágrimas en los ojos, que ya no se cierran para destinarse en tu búsqueda porque bien saben que al abrirse los senderos y puentes se desploman, y una grieta proclama a través ese extraño idioma que tiene la naturaleza que nunca vas a estar. 
Más, en el vaivén por estás bifurcaciones, hay momentos que conectan ideas que me hacen morir un poco; en el buen sentido de anestesiar sensiblería, en el mal sentido de la emoción sin pulso. Pero la entidad no se desvanece, por estar amarrada a la invención de recuerdos de los cuales no se prescindir, porque la falta de evocación lo arrastraría todo al olvido: una llanura inocua e insípida, de reflejos sombríos, vacíos e inmóviles. No lo haría.
Entonces, hago tripas corazón y me propongo alimentar la ilusión, lo suficiente para que sobreviva la espera. Sin exceso para que no me devore en el camino. (Que tediosa y agridulce esta armonía).

2 comentarios:

  1. Ese mismo estado de animo lo pasamos en miles de ocasiones todos, aunque no siempre sabemos ponerle palabras.
    Besos

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