Yo
no quiero que me quieras
por
la urgencia de depositar
la
querencia,
de
tus ganas contenidas.
Cuando
ya no tengas hambre
que
tu inapetencia distraída
se
encienda del antojo de mi.
Un
nuevo estomago vacío
que
nutrirse pueda conmigo,
que
devorarme quiera,
(hasta las espinas)
y en un digerir
lento
saciarse
nunca.
(hasta las espinas)
y en un digerir
lento
saciarse
nunca.
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