Te veía en un sinfín de
caras, y a la vez no.
En un baile de personas eras
una niebla invasora de todos los extremos. Tu silueta se escurría en el
espacio, todo sucedía con su simultánea subversión.
Y entonces era tarde para
irme, porque ya eras el suelo que iba con mis pasos.
Me detuve, y a la vez no. Queriendo
ser la piba que esta junto a mí preocupada por no despeinarse.
Yo no quería una fiesta con
tu nombre, además ¿Cuál es tu nombre? Explicame. Cómo hiciste para ser tantas
personas y nadie a la vez.
Las canciones y las luces no
palpitaban, las sonrisas de los otros no entibiecían.
Esas canciones de Xuxa.
¿Por qué no explotaban los
parlantes y nos íbamos de una vez?
No, todavía no amanecía.
El imbécil más lindo del
mundo, derivaba mis asuntos al cotillón.